Un placer para el paladar
Las cerezas del Valle de Caderechas empiezan a llegar a los mercados en el mes de junio y sorprenden por su agradable sabor y su olor. Las cerezas, certificadas bajo la Marca de Garantía Valle de las Caderechas, garantizan la mayor calidad en el producto.
Un placer para el paladar. Una fruta jugosa, dulce, pero, al mismo tiempo, con cierto grado de acidez. Un alivio fresco para los rigores del verano. Así son las cerezas que se cultivan en el Valle de las Caderechas…


Un placer para el paladar. Una fruta jugosa, dulce, pero, al mismo tiempo, con cierto grado de acidez. Un alivio fresco para los rigores del verano. Así son las cerezas que se cultivan en el Valle de las Caderechas. Su sabor y olor particulares hacen de estas cerezas un auténtico manjar que se puede disfrutar entre los meses de junio y agosto en los mejores mercados, especialmente, de Burgos, País Vasco y Cantabria.
Un placer para el paladar. Una fruta jugosa, dulce, pero, al mismo tiempo, con cierto grado de acidez. Un alivio fresco para los rigores del verano. Así son las cerezas que se cultivan en el Valle de las Caderechas. Su sabor y olor particulares hacen de estas cerezas un auténtico manjar que se puede disfrutar entre los meses de junio y agosto en los mejores mercados, especialmente, de Burgos, País Vasco y Cantabria.
El secreto de estas cerezas que las diferencian de las que se recogen en otros lugares de amplia tradición, estriba en el microclima del Valle de las Caderechas con una elevada altitud. La determinada elección de variedades de cerezos en el Valle ha originado que estas cerezas tengan como característica única que su recogida se inicie en el mes de junio y finalice en agosto. De esta manera, el Valle proporciona cerezas de muy alta calidad a los consumidores cuando la producción del resto de zonas ya ha sido vendida.
El Valle de las Caderechas es un lugar que se ubica en la comarca de La Bureba que ofrece un paisaje único dentro de la provincia de Burgos. La premonición de la cosecha de cerezas llega en los meses de primavera cuando se produce la floración de los cerezos. Se trata de un espectáculo para disfrutar con todos los sentidos bien abiertos. La contemplación de todo el Valle en flor, la mezcla de aire y olores de campo y flores y la tranquilidad que transmite esta tierra hacen del Valle de las Caderechas un lugar idílico.
Las variedades que más se cultivan en el Valle de las Caderechas son la Fresona y la Negra Tardía aunque también existen otras como Burlat, Lapins o la Guinda. Cada año, la producción se eleva a 250.000 kg de cerezas controladas y certificadas por la Marca de Garantía que avala que esta fruta se ha producido en las mejores condiciones, aunque la producción total del Valle es mayor.
La recolección de estas cerezas se realiza a mano, sin utilizar ningún medio mecánico. Es muy importante elegir bien la fecha de recolección ya que la cereza no es una fruta que madure una vez cosechada. La experiencia de los productores y el contacto diario con los cerezos son los factores que determinan qué momento es el indicado para la recogida de la fruta.
En las plantaciones amparadas por la Marca de Garantía los productores no pueden utilizar material vegetal transgénico, además, se prohíbe el uso de herbicidas y la utilización de tratamientos de postcosecha y conservación en cámaras con atmósfera modificada. Son los propios productores quienes se encargan de las labores de poda, abonado y tratamientos fitosanitarios autorizados para que todo su esfuerzo se traduzca en la mejor fruta.
El cumplimiento de estas normas garantiza que la cereza que llega a nuestras casas es de la más alta calidad y conserva, intactos, su olor y su característico sabor. El control que realizan los técnicos de la Marca de Garantía se extiende hasta las explotaciones. Una vez recogidas las cerezas los inspectores visitan los almacenes para comprobar que se cumplen todas las normas que exige este Marca.
Manzanas de las Caderechas. En el prolífico Valle de las Caderechas también se producen unas magníficas manzanas reineta que no tienen nada que envidiar a las que se cultivan en otras zonas de la geografía española como El Bierzo, en León. Una agradable acidez compensada con un alto nivel de azúcares determina el inigualable sabor de esta manzana que también se produce bajo una Marca de Garantía. El cultivo de esta fruta se realiza bajo los mismos parámetros de exigencia que determinan la producción de las cerezas.
En el Valle de las Caderechas se producen dos variedades de manzana reineta: la reineta blanca y la reineta gris. Los principales mercados en los que se distribuye son los de Burgos, País Vasco y Cantabria, abriéndose otros como los de Madrid. Cada manzana viene etiquetada para evitar fraudes y engaños al consumidor.
El trabajo que han seguido los productores de cerezas y manzanas reineta del Valle de las Caderechas ha sido muy prolífico consiguiendo que se asentaran en el mercado dos marcas que ahora son muy importantes: “Tras 6 años de funcionamiento, las marcas están consolidadas en algunos mercados y es hora de crecer en producción y calidad, a través de los sistemas de asistencia técnica, como la red de estaciones de avisos de plagas que estamos implantando”, explica José Ignacio Velasco Calvo, Director Técnico.